letras al amparo del error médico

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Presuntos Implicados – La flor de la mañana

link spotify: la flor de la mañana

Volver cobra significado cuando alguien se fue. A veces, pasa que quien se va es para siempre, entonces sale una excepción a lo de volver. Y otras, que no hace falta irse para volver, que con despertar ya se volvió de algún lugar… otra excepción. Sin llegar a irme, vuelvo, yo, que me quebré, y rápidamente me juntaron, ¿quienes? La realidad, actualidad, canciones de pegamento, besos que sueldan, brazos que abrazan, palabras que arropan… Abrí los ojos en mitad del humo, del desconcierto, del miedo, de la oscuridad, del silencio.

La canción es por poner un título, para no pensar cuando no tengo inspiración.

Sería injusto no hablar de Queen y One vision ayer. Hoy ya tengo gana de colgar algo aquí, sin embargo, hoy tocan los Presuntos. El cariño, o esas cuatro letras, que no me dejan escribir de lo banal, ni de lo abstracto, ni de lo perro que es el mundo, que percibo tan sólo por un enlace. Sólo eso de mundo, con eso me conformo por saber, que siento que ya es mucho, con lo siempre insuficiente que siento de ti, con todo lo que siento por ti.

Eso que nos pasó una vez… fingiendo que fingías que me amabas.

[Por cierto, que me he quedado pensando mientras veía el vídeo del directo de la canción, y es que el pianista se parece mucho a Chano Domínguez, y el flautista le da un aire a Jorge Pardo… No me extraña que se les parezcan, porque tocan igual de bien…]


Cruce de caminos

link: meditan…do

Era un suave balanceo lo que me recordó a ti.

Bajo las deshilachadas hojas de un árbol anónimo… No, mentiría si dijera que no miré su ficha técnica, pero no quise romper la magia del momento sin ti, pero contigo, y no apunté su nombre y apellido. Bajo la intermitente caricia del sol, como el hipnotizante movimiento del péndulo del ilusionista, me olvidé de todas las canciones que suenan a octubre, del caprichoso collage de los rojizos, marrones, amarillentos y verdes pajizos de los árboles, de los labios resecos por el viento solano, de la ternura de este otoño. Intenté oscurecer el ambiente, recortarme de la estampa del parque, pegarme a tu cuerpo dentro del coche, mucho… mucho tiempo atrás, y sudar con aquella ansiedad, un Piazzolla esquivando notas de lo insubstancial, en mi mente, sólo en mi mente, palabras escurridas de cualquier sentimiento… Y no, supe que ya nada era igual, ni lo rasgado que sonaban los bufidos del deseo, intenciones tan intermitentes como las ramas y su vals, ni lo áspero de tus excusas mal nacidas, peor dichas, fuera de lugar aquellos arañazos que se ensañaban contra caricias asustadizas.

Ahora te miro más de frente que de lado, y me maravillo con la empatía de nuestros cuerpos al pasear. Ahora me importa el calor, y mucho más lo cálido; y más que el gemido incluso grito, el suspiro, el susurro, todo lo no dicho, lo que expelen tus labios sin sonido, en un atisbo por eludir los oídos de tu dios, como quieras que llames a tus miedos. Me importa Piazzolla, pero sólo si me inspira amor, que ya se nos pasó la época del roce astilloso de dos maderas dispuestas únicamente a quemarse por fricción, sólo para arder en segundos y carbonizar ilusiones temporales, ahora hundo mis manos en tierra fértil, sembramos tímidas varas erguidas de ilusión mantenida, quizás se envíen brotes para contactar y encaramar un futuro desnudo de lo tangencial… Hoy sólo pretendo cruzarme a conciencia, con escandalosa evidencia, trazar mil remolinos a tus curvas, ya vale de tangentes, probemos con puntos coincidentes, probemos a tachar con atenciones la indiferencia de nuestras líneas paralelas.


Remolinos de desatino

remolinos de desatino, en pluma

…tangando…

link: AstorPiazzolla-Decarissimo

Hay un papel con jirones de todo lo que echo de menos de ti, roto, rasgado por lo incisivo de extrañarte, consumido por partes, de lo ácida que es tu ausencia, de los besos no consumados y acumulados, con tinta vomitada, por lo indigesto que es el mundo sin ti.

Hay un papel al que recurro, manchado de mis anteriores visitas, de tus coincidentes huídas; un papel revuelto de sensaciones sin palabras, por lo indescriptible que es recordarte y no tenerte delante, porque no sé quejarme de otra manera, sólo tomando la pluma negada a escribir y forzarla a que fluya su negrura, y descargo con ella la violencia de no tenerte, penetrando el metal en el papel, y en el siguiente, en el subyacente, en los sucesivos, y en cada punto y seguido se detiene, quejosa, quejica, sin tinta, y comienza de nuevo el remolino de querer decirte algo, de lastimarme la piel que grita por tus manos, eso de desear y no poder, el egoísmo de mirarme el ombligo, y hago concéntricos círculos sin objetivo, consecutivos y sin levantar la línea, los llaman remolinos…Para mí es todo lo que no tengo contigo, que hasta eso extraño, hasta los momentos no compartidos.


Ojos que no ven, corazón que siente

link: khachaturian-gayaneh

Con el paso del tiempo me di cuenta de que mis ojos le impedían ver más allá de ellos. Una buena noche, decidí confabularme con la oscuridad, dejé que nos penetrara hasta en lo más recóndito, y sólo así, en la ausencia total de testigos, entorpeciendo todo lo posible su cerebro, sin guías ni referencias, extendí todo lo que soy y le invité a pasear sin ojos, por lo más oscuro y oculto de mí. Sin miradas, y con la promesa susurrada de no recordar aquello.

El resultado del planteamiento nos sorprendió, por igual. Descubrió aspectos desconocidos hasta para mí. El salvajismo, la ansiedad de siempre dio paso a la tranquilidad de intenciones premeditadas para/con la calma, lo fugaz de los anteriores roces se convirtió al tántrico paladear de las lenguas.

Con el paso del tiempo me he dado cuenta de que fue ésa la primera e inolvidable vez que nos amamos.